ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA Y SUS PROBLEMAS- POLÉMICA BUBER-HEIDEGGER
1- Noción
y descripción del problema:
Aunque la aparición del tema por el hombre en la
filosofía no sucedió hace mucho tiempo, sin dudas siempre estuvo presente de
forma implícita. No se debe confundir la preocupación moral o religiosa o
psicológica con la preocupación por la antropología filosófica. Cuando se dice
que en Sócrates la filosofía griega abandona el tema del mundo exterior para
centrarse en el hombre, debemos interpretar esa expresión correctamente. Un
criterio esencial del análisis filosófico consiste en evitar todo anacronismo.
Bajo la similitud de los términos debemos descubrir las diferencias de puntos
de vistas y el grado de abstracción en que son pensados los problemas. Analizado
correctamente, los diálogos Socráticos muestran como la pregunta por el hombre
está subordinada al descubrimiento de otra cuestión que él consideraba
fundamental: ¿Cómo debe ser el
hombre? Aquí lo que es “aspiración”, “modelo”, se confunde con “esencia”, con
“naturaleza” ya realizada.
Uno de los inconvenientes con los que tropieza la
antropología filosófica es que el hombre, en todas las épocas, ha tenido una
cierta idea sobre sí mismo, y cuando se estudia, proyecta cierta idea sobre su
ser. Esto nos lleva a advertir la profunda relación que existe entre la
antropología y la historia, y cabe señalar que mostrar su relación supone tomar
una posición y preguntarse:
¿Existe
en el hombre una esencia inmutable, que es independiente del trascurrir de la
historia?
O
por el contrario ¿cada época, cada cultura ha tenido una cierta idea y el
hombre se ha hecho a sí mismo en función de esta idea?
Dificultades
Una de las dificultades por las que transita la
antropología filosófica es en relación al logro de una posible objetividad,
porque el ser que interroga (el ser humano) y ser sobre el cual se interroga
(nuevamente, el ser humano) son el mismo. Esta dificultad lleva a una
desnaturalización de la cuestión, que lleva a que el hombre se defina desde lo
que no es; al mundo, a Dios. El hombre ha tendido a pensarse a través de otra
cosa:
O bien el hombre es una criatura fabricada por Dios a
su imagen y semejanza, es decir, un pariente divino aunque caído, un sub-dios…
o bien es un mono que ha evolucionado hasta alcanzar un éxito abrumador sobre
el resto de sus congéneres, un super-animal. Ambas perspectivas parten de lo no
humano para llegar a lo humano, sea sustrayendo o añadiendo cualidades. [1]
La siguiente
cita de Pascal expresa esta dificultad:
El hombre no
sabe en qué rango ponerse. Ha caído de su verdadero lugar, sin poder
reecontrarlo. Lo busca en todas partes con inquietud y sin éxito, en las
tinieblas impenetrables. (Pascal, Pensées)
A esto cabría agregar la pregunta:
¿Es
que realmente el hombre ha tenido alguna vez un lugar, o simplemente ha creído
tenerlo?
En vez de partir desde un “orden o jerarquía
existente”, podríamos invertir el punto de partida de la investigación: partir
desde el hombre, pensándose a sí mismo. La órbita de la antropología filosófica
es la órbita de la naturaleza humana, total, con toda la vaguedad e imprecisión
que esa expresión implica. Superando la parcialidad con la que algunas
perspectivas antropológicas han intentado resolver el problema: el hombre como
ser pensando, el hombre como ser creador de una cultura, el hombre como ser social,
etc.
Pero la tarea de la antropología filosófica no es la
coordinación o combinación de esas distintas perspectivas, sino la
fundamentación de unaauto interpretación global (universal) del hombre como
hombre. Esto no quiere decir que aquel conocimiento “parcial” sea erróneo, por
el contrario, es válido, pero debe ser ubicado e interpretado en base a una
totalidad, a una pretensión de universalidad. En esto se diferencia con las
otras antropologías, y en esto también es moderna en relación a las otras.
La suerte y la posibilidad de una antropología
filosófica depende la respuesta a la cuestión: ¿es que realmente existe una
esencia[2]
del hombre, es que realmente el hombre tiene un puesto singular en el cosmos?
Como expresaba más arriba, la pregunta por el
hombre, es una pregunta enmarcada en la modernidad, (para los antiguos el
hombre formaba parte del cosmos) y se inicia con Kant en el siglo XVIII, y lo
expresan sus cuatro preguntas, preguntas que ya venían planteándose antes de
él:
1) ¿Qué
puedo saber?
2) ¿Qué
debo hacer?
3) ¿Qué
me está permitido esperar?
4) ¿Qué
es el hombre?
La primera pregunta la contesta la metafísica, la
segunda la moral, la tercera la religión y la cuarta, la antropología.
Fundamentalmente se puede considerar todo esto en la
antropología, ya que las tres preguntas iníciales se dirigen a la cuarta. Esta
será la disciplina filosófica fundamental.
DOS PERSPECTIVAS SOBRE LA ESENCIA DEL HOMBRE: LA
POLÉMICA[3]
BUBER- HEIDEGGER
Buber nace en Viena el 18 de febrero de 1878. A
Buber no se le comprende si no se le sitúa en el ambiente intelectual judío de
inicio de siglo y la polémica entre los asimilicionistas y defensores de la
vitalidad espiritual de la tradición hebraica (midrashica). Pero sobre todo es
a la potente capacidad de su obra para lograr que el judaísmo, como pensamiento
y forma de vida, volviera a ofrecer una perspectiva ideológica y ética
productiva frente a los problemas y acontecimientos más importantes del
momento.
Pero es el descubrimiento del Hasidismo[4], lo
que marca en el joven Buber su relación tan íntima y personal con el judaísmo
que dedicó su vida a difundir y facilitar la comprensión de su mensaje. Es
cierto que el joven Buber es desde luego judío y esa perspectiva místico-
política con sus tres elementos básicos; el componente nacional (salvación del
pueblo), el componente social (persona y comunidad armonizan) y el componente
religioso:
“La esencia del
judaísmo no radica en lo religioso ni en lo ético, sino en la unidad de ambos
elementos…”
Pero es sobre todo la crisis abierta en la filosofía
occidental con su separación radical entre el mundo y Dios, esta separación tan
traumática entre lo sagrado y lo profano es de tal magnitud que ambas esferas
quedan afectadas en cuanto a su significado y su valor. El mundo se Dios, queda
reducido a apariencias pasajeras sin normas que sean capaces de guiarnos. Y
Dios sin mundo es un producto de la fantasía sin contacto con la realidad.
“Seguimos
viviendo en un mundo no logrado, y esperamos la redención de este mundo
mientras cada uno de nosotros es llamado a participar en esta obra de la
redención. Israel es esta comunidad de hombres que mantienen en el mundo esta
auténtica esperanza mesiánica y ello incluso cuando muchas veces los judíos
mismos se han mostrado infieles a esa esperanza (…) Esta es la fe de Israel; la
redención del mundo es el cumplimiento de la creación”
¿Qué es el hombre?
Para Buber, el hombre es el objeto más digno de
estudio, y afirma que hasta el momento, ningún intelectual se ha ocupado en
responder a la pregunta por la esencia del hombre. Si bien Kant formuló las
preguntas, no fue más allá de eso.
Buber cita a filósofo Malebranche:
Martin Buber |
1-
Entre
todas las ciencias humanas la del hombre es la más digna de él. Y, sin embargo,
no es tal ciencia, entre todas las que poseemos, ni la más cultivada ni la
más desarrollada. La mayoría de los hombres la descuidan por completo y aun
entre aquellos que se dan a las ciencias muy pocos hay que se dediquen a ella,
y menos todavía quienes la cultiven con éxito.
El filósofo retoma las preguntas planteadas por Kant
por ser la expresión de la disciplina fundamental: la que se ocupa de la
esencia humana.
Heidegger intenta explicar porqué Kant no pudo
avanzar en la búsqueda de la respuesta a la pregunta ¿Qué es el hombre? Y lo
explica afirmando que es por el carácter indeterminado de la pregunta “qué sea
el hombre”. Porque el modo mismo de preguntar por el hombre es lo que se habría
hecho problemático.
Para
Heidegger en las tres primeras preguntas de Kant, se trata de la finitud del hombre
Veamos:
1- ¿Qué
puedo saber? Esta pregunta implica un no poder, es decir, una limitación
2- ¿Qué
debo
hacer? Supone algo con lo que no se ha
cumplido todavía, es también una limitación.
3- ¿Qué
me
cabe esperar? Aquí al que pregunta le está concedida una expectativa
(las esperanza, esperar algo) y otra le es negada. Nuevamente tenemos otra
limitación.
Buber critica este cambio de sentido que hizo
Heidegger a estas cuestiones, dice que ha desplazado el acento, en lugar de
preguntarse tal como lo hizo Kant “¿Qué puedo
conocer?, cambia el acento y pregunta: ¿Qué puedo conocer?
Lo esencial acá, dice Buber, es que puedo conocer algo, de modo general. No
que puedo conocer algo, y que otra cosa no puedo conocerla. Sino que a modo
general, puedo conocer algo.Por eso
puedo preguntar qué es lo que puedo saber.
2-
No
se trata de mi limitación o finitud, sino de mi “participación real en el saber
de lo que hay por saber”
Lo mismo con las siguientes
preguntas: ¿Qué debo hacer? Significa que hay un hacer que yo debo, encuentro
abierto el acceso al hacer. Y por último, ¿Qué me cabe esperar?, nos da a
entender, en primer lugar que hay algo que cabe esperar (pues Kant no piensa,
claro está, que la respuesta a esa pregunta habría de ser: ¡Nada!) en segundo, que me es permitido esperarlo, y
en tercero, que por lo mismo que me es permitido, puedo experimentar qué sea lo
que puedo esperar.
Por lo tanto, aquí Kant no está
hablando de la “finitud humana”, no es eso lo que está planteando. Justamente,
si las preguntas hablan de una posibilidad, no existe tal limitación planteada
por Heidegger.
3-
Y
el sentido de la cuarta pregunta, a la que pueden reducirse las tres
anteriores, sigue siendo en Kant éste: ¿Qué tipo de criatura será ésta que
puede saber, debe hacer y le cabe esperar?
Para Buber la
existencia humana se da en una relación dialógica con el otro:
4- El hecho fundamental de la
existencia humana es el hombre con el hombre. Lo que singulariza al mundo
humano es, por encima de todo, que en él ocurre entre ser y seralgo que no
encuentra par en ningún otro rincón de la naturaleza”.
Por esto se dice que la filosofía de Buber es una
“filosofía del encuentro”, porque la existencia propiamente humana se desarrolla
en el horizonte del diálogo: éste es el acontecimiento fundamental y
determinante, que hace que el hombre sea lo que es.
A diferencia de Heidegger, que propone una
antropología individualista y considera a la persona humana en cuanto tal. Pero
este individualismo no abarca más que a la parte del hombre, al igual que el
“colectivismo”: ninguno de los dos se encamina a la integridad del hombre, al
hombre como un todo.
5-
El
individualismo no ve al hombre más que en relación consigo mismo, pero el
colectivismo no ve al hombre, no ve más que la “sociedad”. En un caso el rostro
humano se haya desfigurado, en el otro oculto.
En Heidegger el hombre está solo frente a sí mismo, sin
embargo, en Buber, el hombre es un ser para relacionarse que se afirma y crece
en una triple relación: con los demás hombres (yo-tú), con el mundo (yo-ello) y
con Dios (yo-Tú).
El hombre es infinito
Aquí es donde aparece la última de las
relaciones del yo, cuando el yo intuye que su relación con otro tú como
él limitado y finito, hay una nostalgia de Dios (Tú) “en cada tú, nos
dirigimos al Tú eterno”; “El sentido del tú, no pude saciarse hasta que
encuentra al Tú infinito”. En cada tú hay anhelo de plenitud que sólo el Tú
eterno puede colmar. Por eso Tú es el nombre adecuado de Dios.
GLOSARIO[5]:
Anacronismo: Error que resulta de situar a una persona o cosa en un período de tiempo que no se corresponde con el que le es propio.
Antropología:
discurso o estudio del hombre como totalidad
Abstracción:
Separar
aisladamente las características de un objeto, para captarlo en su totalidad.
Cosmos:
Universo
o conjunto de las cosas que existen, fundamentalmente concebido como un todo
ordenado, por oposición al caos.
Esencia:
Conjunto
de características permanentes e invariables que determinan a un ser o una cosa
y sin las cuales no sería lo que es.
Finito: el hombre es un ser arrojado en el mundo de un modo determinado, es un ser finito, un ser para la muerte.
Imprecisión:
algo que no es exacto, poco preciso.
Infinito:
que
no tiene ni puede tener fin o limite. En buber el hombre es infinito por ser un ser de posibilidades, de infinitas posibilidades, de conocer, de actuar y de esperar algo.
Objetividad:
Es la capacidad
de analizar los hechos, o las cosas, de forma tal que nuestras propias
opiniones no interfieran.
BIBLIOGRAFÍA
García Silva. Mario. Artículo sobre Antropología Filosófica. Universidad de la República- Facultad de Humanidades y Ciencia de la Educación.
Buber, Martin. ¿Qué es el hombre? Fondo de Cultura Económica. México, 1949.
Savater, Fernando. El valor de elegir. Editorial Ariel. Barcelona. Octubre, 2003.
[1]Savater, Fernando. El valor de
elegir.
[2]Esencia es eso que hace que una cosa
sea lo que es y no otra cosa.
[3]La polémica puede ser
definida como la práctica
de los contendientes que intentan refutar o avalar una determinada posición.
[4]El hasidismo, es un movimiento
místico fundado por Samuel Hassid en el siglo XII. Es una doctrina religiosa
herética respecto al judaísmo ortodoxo.
[5]
Catálogo alfabetizado de las palabras y expresiones de uno o varios textos que
son difíciles de comprender.
Comentarios
Publicar un comentario